Ederra Zabala Urrutia

Vengo de las dos márgenes de la ría del Nervión. En una nací y en la otra crecí, siempre en una casa que, de diferentes formas, ha sido un hogar para muchas personas.

De ahí, quizá, la inmensa curiosidad que siento por las personas, su diversidad, la relación consigo mismas y sus interrelaciones en diferentes formas y contextos. Inicialmente, enfoque mis estudios hacia la educación y, con el tiempo, he profundizado en torno a este área en diferentes lugares e investigaciones vinculándola al saber colectivo, el ámbito comunitario y su aporte a procesos sociales y conflictos políticos. Hoy en día trato de desarrollar mi labor profesional desde su perspectiva emancipadora. Desde nuestra autonomía las personas somos competentes y tenemos agencia; una persona hace lo que puede y lo que no, no lo hace.

A nivel militancia siempre me ha movido lo relacionado a los derechos de las personas y el modo en que el contexto sociopolítico los determina en base al  género, el origen o la clase. Es por eso que, desde hace un tiempo, me he encontrado en colectivos vinculados a los derechos de las personas migradas y los derechos laborales de la clase trabajadora.

Al hilo de vivirme en estos espacios, trato de tomar consciencia del modo en que hacemos las cosas, cómo nos relacionamos y de los modelos de  gobernanza de nuestro movimiento popular. Ahí, la facilitación me ha aportado mucha información, reflexión y aprendizaje. Actualmente vivo en comunidad y es una práctica maravillosa para todo esto que comparto.

Magda Lopez gorritxo

Hija de una cardióloga y un psiquiatra, siempre me han curioseado las luchas y pactos que se dan entre el corazón y la mente.

Vengo del mundo de la sociedad civil, las luchas por los derechos humanos, la memoria histórica, el feminismo interseccional, la educación para la transformación social. Del sueño de que hay mundos más habitables y felices para todes a nuestro alcance si nos organizamos colectivamente para construirlos.

Casi toda mi vida laboral ha girado en torno a crear y facilitar espacios de formación y reflexión, espacios colectivos de aprendizaje. Me conmueve el enorme poder de transformación que tienen los grupos y las relaciones humanas cuando dan espacio e invitación a lo emocional, el juego, la confianza, las experiencias, los cuerpos; en definitiva, a la diversidad que somos y que nos une a todas las personas.

Descubrir la facilitación ha sido enormemente revelador, y me ha permitido comprender mejor lo colectivo, las relaciones, los encuentros y desencuentros. Para mí la gestión de conflictos es un arma de construcción masiva y una gran maestra. Actualmente estoy explorando el Teatro del Oprimido y su potencial para transformar el poder de los conflictos, los procesos y los grupos.

Colaboradoras:

Eneko G. Poza

Me llamo Eneko. Nací en el 90 en Bilbo y pertenezco a la comarca de Uribe Kosta, tierra en la que he crecido y donde actualmente resido.

Me defino como buscador, inquieto por encontrar el sentido de aquello que me atraviesa. Habita en mí la tendencia a vislumbrar los márgenes de lo que conozco, y dar un pasito más allá.

Me defino también como soñador. Me apasiona imaginar lo posible y lo imposible, lo deseable y lo necesario. Creo que los sueños nos dan la oportunidad de poetizar la realidad, y transformarla.

Fascinado desde pequeño por los que luchan por un mundo mejor, me encuentro cada día más entusiasmado por quienes sostienen, acompañan y propician lo que yo entiendo por espacios de buenvivir.

Creo en la educación como herramienta transformadora y trato hacer de esta mi oficio. Formado en Educación Social y Sexología, hasta ahora he trabajado fundamentalmente apoyando jóvenes en situaciones conflictivas, desde distintos formatos y enfoques.

Actualmente, soy parte de un equipo de intervención familiar, que compagino con ofrecer talleres de educación sexual y asesoramiento sexológico. 

Desde Bihotz Erakundea, tengo el gusto de co-crear talleres vivenciales que invitan a darse el tiempo para explorar cómo nos relacionamos con nosotros mismos y nuestro entorno, desde un marco sistémico amplio y variado, lo cual está siendo toda una aventura!

Maite Mentxaka Tena

ememe proiektuak

Imagínate ir al ambulatorio, y al llegar a la sala de espera de Pediatría veías todxs lxs niñxs con sus peluches en sus brazos, pues bien, con tan solo 2 años, Maite ya iba con un bolígrafo y un cuaderno en blanco al médico,… ¡con sólo dos años!». No nos sorprende que la creatividad la haya llevado por caminos de exploración con el dibujo. Poco a poco la mirada observadora al paisaje y territorio irían influenciando en lo que de adulta sería un especial interés por proyectos de intervención en espacios públicos, expandiéndose a terrenos de lo escultórico y lo arquitectónico. Ella considera que su infancia tuvo gran influencia en el aprecio y valor que hoy día tiene al paisaje y el habitar. 

Sintiendo especial interés con los agentes culturales del entorno, intenta ayudar a generar red y conexión entre distintas personas, disciplinas y proyectos.

Este compromiso la llevó a formarse en el cuidado del sector, acudiendo a diversos cursos de creación y gestión de proyectos culturales.

Podemos decir mucho sobre su creatividad pero también sobre la forma de ver las cosas, pues el humor y la diversión, forman parte imprescindible de su forma de ser y de abrazar la vida. Sí, sus amigxs la definen como divertida, creativa, trabajadora y patata.

El conflicto

En lo cotidiano, tendemos a vivir los conflictos como un freno, un lugar que queremos evitar o cerrar, que no queremos tener que vivir porque podría destruir todo a su paso.

Sin embargo, en bi·hotz entendemos el conflicto como una invitación a moverse, un espacio sin desarrollar al que estamos invitades. Un lugar donde poder escucharnos, entendernos, profundizar e, incluso, construir.

En las organizaciones, colectivos y comunidades, los conflictos, en realidad, tienden a surgir porque dejamos el sostén de los proyectos en lo relacional, en el amor, en el vínculo o interés inicial o en el azar, cuando, en si, los grupos que se conforman a través de colectivos u organizaciones necesitan estructuras en las que apoyarse. El poder, los privilegios, los liderazgos, las emociones, la comunicación, entre otros, son elementos que atraviesan lo colectivo, y requieren de atención. 

Las relaciones

La necesidad de cuidar y ser cuidada, la ternura y el conflicto son algunas de las grandes energías que nos atraviesan. Todas las personas queremos y necesitamos que nos vean, nos reconozcan, nos quieran y nos toquen. En esa búsqueda por compartirnos nos topamos con la diferencia del otro y en ocasiones surgirá el conflicto. En ocasiones bien puede ser para comprender el desencuentro, pero en otras muchas situaciones, en el fondo, queremos seguir encontrándonos y compartiéndonos.

A través del cuerpo, la reflexión y el juego proponemos abordar colectivamente nociones tan cotidianas como las relaciones y los encuentros con nosotras mismas y con las demás.